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Estoicismo – Meditaciones Estoicas 20 siglos después.

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Virtud Estoica: Concepción y su Naturaleza [DIA 50]

Aun a sabiendas que todavía queda mucho camino para desenvolver la naturaleza integral de la Virtud estoica, hoy quiero seguir profundizando en su observación, y análisis, especialmente de cara a mi personal comprensión; pero de forma algo excepcional a lo que vine comentando en anteriores mensajes, dándole un nuevo enfoque.

La cita Estoica del día

Si las cosas, cuyo deseo o aversión te infunde inquietud, no salen a tu encuentro, antes por el contrario, eres tú el que, en cierto modo, te avanzas a ellas, debe tu juicio tranquilizarse acerca de las mismas; que así permanecerán inmóviles y no se te verá yendo a su zaga o huyéndolas. – Marco Aurelio, Meditaciones, XI.11

Una de esas citas de Marco Aurelio hablando en gran medida de una de las prácticas estoicas más importantes; la examinación de impresiones. En este sentido Marco Aurelio es muy conciso y directo en cuanto a sus planteamientos.

Si hay algo que te genera inquietud (propathos) no salgas a su encuentro inmediatamente. Primero haz el esfuerzo de examinar la impresión y ver si has de asentir; en definitiva, tranquilizar el juicio para poder ejecutar la disciplina del asentimiento adecuadamente. Y en base a eso, no te verás actuando de manera apasionada; movido irracionalmente por la emoción. Es decir, no te verás persiguiendo o huyendo de algo sin sentido.

Experiencias y Meditación del Día: ¿Es posible plantear la Virtud Estoica desde la concepción?

O en otras palabras, ¿es posible que la Virtud estoica sea algo más que la congruencia con nuestras ideas según plantearían los Cínicos? Según veíamos hace poco, el Estoicismo considera que todo el conocimiento viene de la experiencia, y la experiencia viene en base a la acción. Pero no todo el Estoicismo al completo esta basado en la experiencia, aunque si gran parte.

Y en cuanto a experiencia del día se refiere, hoy no voy a entrar en detalle, como días anteriores, porque ha sido más de lo mismo. En el momento que tanto se repite ya es cuando empiezo a plantearme que algo esta fallando y empiezo a buscar soluciones. En este punto creo que ya las tengo bastante claras. Ahora solo falta Virtud. Principalmente del Coraje.

Volviendo a la temática original, en base al conocimiento y la experiencia; hemos de partir de otra premisa: Cuando nacemos somos como un folio en blanco. Y poco a poco vamos rellenándolo en base a la pura experiencia.

¿Como afecta esto a la Virtud estoica? ¿Podemos entender que al nacer somos completamente virtuosos, y un minuto más tarde, tras haber recibido las primeras experiencias, es posible que se pierda esa Virtud?

Según diversos autores, y en gran medida compartido por los Estoicos, existe un conocimiento al nacimiento: Las nociones comunes, o también llamado koinai ennoiai. Aunque suene contradictorio el hecho de pensar que los estoicos digan al mismo tiempo que nacemos como una hoja en blanco pero que al mismo tiempo existen nociones comunes; es como decir, que existe un prefacio en el libro. una preconcepción o como era llamado, prolepsis. Es decir que en cierto grado, en blanco no estaba la hoja.

Aunque esto pueda parecer irrelevante con respecto a la Virtud Estoica, tiene un significado importante: ¿La Virtud nace o se hace?

Como resolver esta incongruencia

Algunos estudiosos de la materia argumentan que quizá sea una cuestión de disposición innata. Es decir, algo más cercano al determinismo; nacemos como un folio en blanco, pero desde el nacimiento estamos dispuestos hacia un camino en concreto. Diferentes hipótesis intentando resolver la incongruencia.Entiendo que existiera cierta discordancia entre los diferentes estoicos acerca de esta temática. En caso de Epicteto cuando habla sobre «Cual es el principio dela filosofía» dice así:

Por eso todos nos servimos de las palabras e intentamos adecuar las presunciones a los seres en particular. «Hizo bien». «Como debía». «Como no debía». «Tuvo mala suerte». «Tuvo buena suerte». «Es injusto», «Es justo». ¿Quien de nosotros evita esas palabras? ¿Quién de nosotros retrasa su uso hasta haber aprendido, como hacen con los trazos de las letras o con las notas musicales los que no saben? La causa es esta: que venimos ya como instruidos por la naturaleza de algunas cosas en ese terreno y, a partir de ello, añadimos también la opinión injustificada. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro II.11.4-6

En cierto grado, Epicteto habla de corrección, a traves de la práctica. Pero siempre entiendo la existencia de los koinai ennoiai, y la necesidad de trabajar en base a ello. Pero también entiende que somos capaces de interpretar la Virtud Estoica, de manera innata, quizá quepa esa disposición que comentaba antes. Podemos saber la diferencia entre lo que es justo y lo que es injusto. En cierta medida, quizá quepa la posibilidad o se hipotetice dicha posibilidad de una moral innata en el ser humano.

El Bien Supremo de la Virtud Estoica

De aquí sacamos un concepto que va a ser fundamental para adentrarnos en la concepción de la virtud estoica: El Bien, o el Supremo Bien, así en mayúsculas, para diferenciarlo del bien común. Efectivamente, esto es lo que marca la diferencia entre una Ética de la Virtud y otra, pese a que podamos englobar diferentes filosofías como el Cinismo, el Estoicismo, la Escuela Platónica y la Peripatética dentro del mismo paraguas de Éticas de la Virtud. Si recordamos esta frase que dice: «No existe ni el bien ni el mal, el Bien Supremo es la Virtud». Entonces para poder entender la Virtud hay que entender que es ese Bien. Y transicionalmente habría que entender si ese Bien, se posee desde la concepción, o si hay que labrarlo a traves de la experiencia.

Al  igual que los Cínicos, parece que los Estoicos opinaban, que por natura, se posee la Virtud, es decir, se hace el Bien Supremo, pero son las influencias las que corrompen y llevan a un razonamiento defectuoso. En este caso los Cínicos hablan de que es la cultura y las costumbres arraigadas, las que corrompen ese bien.

Si estuviéramos libre de influencias, de manera natural tenderíamos a la Virtud. Esto puede ser debido a:

  • Conceptos morales innatos
  • Tendencia Moral innata
  • El curso natural de los eventos después del nacimiento inevitablemente llevara a la inclinación a la Virtud.

Cicerón de manera semejante dice así: Las cosas se aprenden bien por la experiencia, la combinación de ideas, inferencia lógica y finalmente la concepción del Supremo Bien. En cierto grado, también introduce esa disposición innata hacia el Supremo Bien.

Por tanto, entendemos que es nuestro entorno el que nos lidera a un razonamiento defectuoso. Por otro lado, tenemos a Séneca acerca del conocimiento del Supremo Bien, del que trata el Libro XX de las Epístolas Morales a Lucilio, pero más concretamente este apartado hace referencia a lo que aquí venimos tratando:

Nosotros admitimos que tales conceptos son ciertamente distintos, pero originados de un mismo principio. No existe bien alguno que no sea honesto, y lo que es honesto es siempre un bien. Juzgo superfluo añadir cuál es la diferencia que media entre uno y otro, puesto que lo he indicado a menudo. Señalaré tan sólo que no nos parece bueno nada de lo que se puede hacer un mal uso. Pero ya ves cuántos son los que usan torpemente de sus riquezas, de su nobleza, de su vigor. Así pues, vuelvo ahora a la cuestión que pides sea tratada: ¿cómo ha llegado a nosotros la primera noción del bien y de la honestidad? Esto la naturaleza no nos lo ha podido enseñar: ha depositado en nosotros los gérmenes de la ciencia, pero no la propia ciencia. Algunos afirman que su noticia nos ha venido por azar, pero es increíble que la idea de la virtud se le haya presentado a alguien casualmente. A nosotros nos parece que la hemos captado por la observación y el cotejo mutuo de ciertas acciones realizadas con frecuencia. Los estoicos consideran que la honestidad y el bien han sido conocidos por analogía. Como quiera que los gramáticos latinos han otorgado a este término el derecho de ciudadanía, no creo que se le deba rechazar, pero se lo ha de hacer volver a su ciudad de origen. Me serviré, pues, de él no sólo como admitido, sino como ya usado. – Séneca, Epístolas morales a Lucilio, Libro XX, 120. 3-4

En este caso, contrario a Epicteto, no existen conceptos desde el nacimiento del Supremo Bien, sino que van siendo elaborados en base a la experiencia.

Algunas conclusiones acerca del Supremo Bien, el empirismo y la Virtud Estoica

En este punto quizá quede algo confuso entender el simbolismo y el origen del Supremo Bien. Todo en referencia a si es algo a lo que debemos mirar desde el Nacimiento; o si realmente es algo a lo que debemos aspirar a traves de la experiencia.

Bajo mi punto de vista, la Virtud Estoica es un concepto demasiado pobre que no se concibe ni desde sus raíces. Por más que leo, no hay absolutamente nada claro. Los Peripatéticos tenían muy clara su concepción de la Virtud, y los Cínicos también; sin ningún tipo de incongruencia partiendo de su concepto de Supremo Bien. En el caso de los Estoicos, parece que al intentar hacer una amalgama de conceptos, la cosa se complicó significativamente. Parece que algunos Estoicos como Crisipo intentaron darle forma más adelante y otros tantos, simplemente obviaron este concepto y forjaron el suyo propio; como es el caso de Marco Aurelio con esta actitud:

¿Que arte profesas? El de ser hombre de bien. ¿Y como serlo, si no es rigiéndose por los preceptos que conciernen, parte a la naturaleza universal, parte a la constitución propia del hombre.- Marco Aurelio, Meditaciones, Libro XI.5

Por ende, para entender la Virtud Estoica, primero hay que entender que es el supremo Bien. Y parece inevitable que para entender el Supremo Bien hay que entender los preceptos morales y los Valores Estoicos. Un tema que requiero aventurarme próximamente.

2 comentarios en «Virtud Estoica: Concepción y su Naturaleza [DIA 50]»

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