El principal problema que surge ante este dilema, se encuentra en definir qué es un beneficio y qué es un perjuicio. Partiendo por la base muy sencilla, si beneficio hace referencia a lo relativo al Bien (la Virtud) y perjuicio hace referencia a lo relativo al Mal (el Vicio)
En este caso si nos centramos en los beneficios y perjuicios desde una perspectiva exclusivamente estoica, no desde una perspectiva Normativista genérica (imperativo categorico y demás normativismos) las cosas cambian significativamente con respecto a otras Éticas.
Esto es algo que he discutido ya varias veces, pero bajo mi perspectiva el estoicismo se ha estado diluyendo y adulterando demasiado principalmente porque la filosofía reinante (Aristotelianismo/Peripateticismo, Platonismo), en la parte ética, ha reglado las dinámicas de la Virtud y por ende, de la Virtud Estoica.
Por eso como Luis Roca nos planteaba:
Me parece excesivo. ¿ Es beneficioso la muerte de un hijo ? [...] creo que esto es plantear el estoicismo en términos inhumanos
¿Cómo es posible sacar normativísticamente hablando un beneficio de la muerte de un hijo? Es ciertamente "inhumano".
Pero por el contrario, si lo vemos desde una perspectiva íntegramente estoica, tiene todo el sentido del mundo. Tiene el sentido exclusivamente porque ello forma parte del Prokopton. Y el Prokopton es el camino hacia la Virtud.
Si evaluamos: "Es malo que se muera mi hijo" estamos literalmente diciendo: "Es malo un indiferente moral". Esa frase es un juicio de valor, una presunción, y por tanto en caso de suceso, el desencadenante, será necesariamente la pena, el daño psicológico, y por ende la Pasión como el Vicio (pathos, de tipo lupe, dolor pasional)
En cambio si evaluamos "Que se muera mi hijo no esta bajo mi control, por tanto no es ni bueno ni malo", en el ejercicio de la Razón ante el suceso: "Se ha muerto, vuelve a reunirse con la semilla germinal, es como tenía exactamente que ser, y no podía ser de otra manera, si así lo ha decidido el mundo, así ha de ser, es algo indiferente moralmente hablando, por ende, no es bueno ni es malo" (esto podría ser una de las cientos de frases que Marco Aurelio escribiría en formato Hypomnemata, se encontrará la Virtud (teorícamente, por la ausencia de la Pasión/Vicio, por haber asentido correctamente)
¿Pero la realidad cual es? Esto no ocurrirá así exactamente, aunque uno asienta de esta forma. Nos hartaremos de llorar, tendremos una enorme desgana por ejecutar adecuadamente nuestro deber (kathortoma) eventualmente (por ejemplo, dejando de trabajar varios días posiblemente), y con "mala suerte" degenerará en un sindrome de estrés post-traumático, si la pena se va demasiado de madre.
En teoría, el ejercicio Estoico, requiere todo ese trabajo previo, sobre todo, según sugiere Epicteto, de trabajar la Razón a través de un correcto asentimiento perpetuo. En cierto grado, es como entrenar a la mente para "creerselo" definitivamente, lo que llegue, tal como llegue, en el momento que deba de llegar.
Por eso, en ese proceso de "reconfiguración cerebral" (en el fondo un térmico psicológico moderno para denominar al Prokopton), es necesario asentir correctamente asiduamente, ante cualquier hecho, inclusive, el hecho de que "la muerte de un hijo es un indiferente moral". Diariamente, constantemente y consistentemente. Cada cuestión percibida como "desgracia" que sea una oportunidad para "probar" nuestra Razón. Y al darle un beso en la frente cuando se va al colegio, justo en ese preciso momento, cerrar los ojos y pensar: "Es posible que sea el último día que lo vea y si ha de ser así que así sea" (Epic. Ench, III).
Yo personalmente de hecho, creo que incluso esta práctica, que ya la proponía Sócrates antes que Aristón, y antes que Epicteto, es insuficiente. Para "amplificar" el Prokopton, no solo es necesario con el ejercicio de buen asentimiento ante los eventos de la vida (OJO: teóricamente si es suficiente, pero no prácticamente). Hay que ir todavía mas lejos: A las propuestas de Epicteto, es necesario añadir la ejecución de otras prácticas desde el Praemeditatio Malorum de Séneca, hasta la Renuncia Voluntaria de los Cínicos.
Y también, en teoría, las creencias paralelas, como adoptar un firme convencimiento ante el Determinismo Racional, ayudan a forjar en hierro el fuerte asentimiento y acelerar el proceso del Prokopton. Por eso, muchos Prokopés, tienen muchísima afinidad ante todo aquello que tenga que ver con repetirse: "Yo amo lo que tú amas" (M.A., Meds, X.21) al Universo. Por eso si el Universo dice: "Yo amo que tu hijo muera", entonces tú has de amar dicho evento, aunque resulte doloroso per se. Por tanto, ¿cómo podemos pensar que es perjudicial algo que el Universo ama?
Para concluir, la conclusión, es que no hay nada que perjudique de lo externo, estoicamente hablando.