Sabemos que la epistemología es el estudio del conocimiento. Hace más de 2 milenios, ya los primeros Estoicos reflexionaban, en base a sus observaciones mundanas, como era posible que el conocimiento entrara en nuestras mentes, en forma de aprendizaje, y se almacenara o asentara de forma indefinida. Y en base a ese conocimiento actuáramos de la forma que lo hacemos. En cierta medida parece como si la epistemología del estoicismo representara la piedra angular de toda la Lógica Estoica. Y es por ello que debe ocupar un lugar en las reflexiones acerca del Estoicismo.
No te dejes arrastrar por el torbellino de las pasiones; antes bien, a todo ímpetu del instinto, ofrece lo que de justicia le toca; ante toda aprensión de la fantasía, conserva la facultad de pensar. – Marco Aurelio, Meditaciones, Libro IV.22
Últimamente trato de aplicar una cita que encaje decentemente a la temática o a la meditación del día. En este caso, la cita habla de algunos aspectos que comentaré a continuación: Habla de la representación de nuestra mente ante las impresiones que recibimos del medio, habla de la justicia que hemos de aplicar; en cierta medida, la capacidad de asentir, que es un grado de la Virtud de la Justicia según el estoicismo. Y en consecuencia, con la habilidad y disciplina de asentir correctamente, derivando en la habilidad de no dejarse arrastrar por las emociones.
Podríamos darle la vuelta a la frase para ver como Marco Aurelio ofrece el procedimiento completo del correcto asentimiento:
Hoy durante la meditación he llegado a un punto agridulce; por un lado podía darme cuenta que en el día presente he ejecutado todas las prácticas al completo, y hacía tiempo que no finalizaba toda y cada una de las mismas; pero por el otro lado, la ejecución de la Virtud se ha resentido no por esta causa, sino porque simplemente mi Voluntad férrea parece que se ha ablandado un poco; he evitado muchas situaciones, y en cierto nivel he dado algunos pasos atrás con respecto al mes de Enero en cuanto a mi predisposición para estar al pie del cañón se refiere.
Esto me ha dado lugar a 2 reflexiones:
En cierto grado estas reflexiones pueden resultar algo repetitivas, o superficiales especialmente la segunda. Definitivamente forman parte de la disciplina de la excusa. Pero adentrándome en el cinismo, creo que no me voy a encontrar ninguna sorpresa agradable. Si tuviera que hacer una metáfora sería la siguiente; si estuviéramos escavando un hoyo y el Estoicismo fuera lo primero que nos encontramos, si seguimos escavando hacia una mayor oscuridad, el cinismo seria lo siguiente en encontrarse uno. Me gustaría revisar las prácticas estoicas, pero desde una perspectiva cínica. A ver que pasa por curiosidad. Seguiré lidiando con ello.
Ya en las primeras páginas del Stoicorum Veterum Fragmenta, puede leerse como Zenón de Citio, expone sus pensamientos acerca de dos nuevos conceptos clave: Phantasia (representación de una impresión) y Katalepton (compresión de dicha representación). Solo estas dos palabras sirven y bastan para entender toda la epistemología del estoicismo
No hace falta remontarse a tanto tiempo, para ver como en la actualidad ya lo aceptamos de manera semejante. En primera instancia nos llega una impresión del exterior. A continuación emitimos un juicio acerca de esa impresión. A ese juicio podríamos llamarle etiqueta. Por alguna razón a partir de cierta edad, ya no somos capaces de observar sin emitir juicios. Un juicio puede ser tan simple como observar a una persona sentada en un banco con los ojos cerrados y pensar: «Ese hombre esta ahí sentado porque esta descansando». En cierta medida esos juicios forman parte de nuestro sistema de alerta, y nos permiten desenvolvernos en el mundo progresando y la misma vez, sin correr peligro etiquetando las amenazas y las oportunidades.
Cuando nacemos, se dice que nuestra mente esta en blanco, sin juicios, y es por eso que los niños pequeños corren tanto «riesgo» en la vida; podrían aventurarse al medio de la carretera en cualquier momento si nos descuidamos; no son capaces de emitir juicios para todo en sus vidas.
El tema es: ¿qué ocurre a partir del momento en el que vemos algo, y en nuestra mente se forma una representación (phantasia) y se emite un juicio? En ese momento llegamos al «guardian» de la puerta de nuestro cerebro como comentaba hace un par de días. El guardian tiene que permitir dejar pasar esa representación con ese juicio. No se puede dejar pasar la representación sin juicio porque llegan de la mano. O pasa todo junto o no pasa nada. En cierta medida el cerebro (o el alma) parece que va buscando situaciones causales. No hay nada porque si. En cierta medida es una forma de Oikeiosis muy simplista. Hasta los animales más primitivos la poseen. Pero a diferencia de los animales que aparentemente no tienen juicio, nosotros tenemos un guardian. Y ese guardian recibe el nombre del Guardian del Asentimiento.
Intentando entender como funciona la epistemología del estoicismo voy a poner un ejemplo sobre el asentimiento específicamente con una parábola que al parecer viene del quinto libro perdido de Arriano sobre los discursos de Epicteto. Al parecer Aulo Gelio lo recoge así:
Navegábamos desde Cassiopa a Brindisi por el mar Jónico, que estaba furioso, inmenso y agitado […] Estaba en el barco un célebre filósofo de la escuela estoica, a quien yo había conocido en Atenas […] En medio de aquellos peligros tan grandes y de aquella agitación del cielo y del mar mis ojos lo buscaban deseando saber cual era su estado de ánimo y si se mostraba intrépido y valiente. Y allí contemplamos a aquel hombre asustado y muy pálido pero sin emitir lamento alguno como hacían todos los demás […] aunque el color de su rostro reflejaba la misma turbación que la de los otros. […]¿Que pasó, señor filósofo, que cuando estábamos en medio del peligro tuviste miedo y te pusiste pálido? Yo no me atemoricé ni palidecí […]El filosofo replico: «No te considero digno de escuchar el motivo de por qué en medio de una tormenta tan impetuosa yo me mostraba algo asustado. […] «Ya que te muestras ávido de oir, escucha lo que opinaron nuestros antepasados, los fundadores de la escuela estoica, sobre este miedo pasajero natural e inevitable; o mejor léelo […] sacó de su hatillo el libro V de Las discusiones, del filosofo Epicteto – Aulo Gelio, Noches Ática, Libro XIX.1.1-14
Y sigue así citando el Libro V de los Discursos de Epicteto:
«Las imágenes del espíritu que los filósofos llaman apariencias y que empujan inmediatamente la mente del hombre movida por la primera imagen de algo que afecta al espíritu, no son voluntarias ni deseadas, sino que en virtud de una fuerza propia se presentan a los hombres para ser reconocidas; en cambio las adhesiones de la mente, a las que llaman asentimientos, con los que son reconocidas esas imágenes, son voluntarias y son el resultado del arbitrio humano. Por eso cuando se produce un sonido temible procedente del cielo o de una caída o aviso súbito de cualquier tipo de peligro o algún otro fenómeno similar, es inevitable que incluso el sabio se vea perturbado y encogido y que palidezca, no por el desconocimiento previo de algún daño, sino por culpa de ciertas reacciones, espontáneas e inconscientes, que trastornan la función de la mente y de la razón. Empero, el sabio desaprueba de inmediato tales apariencias, o sea, esas imágenes que suscitan temor al espíritu es decir, no las consiente ni las acepta, sino que las rechaza y desdeña y no ve en ellas nada por lo que deba asustarse. Y dicen que el ignorante y el sabio se diferencia en que el ignorante piensa que las cosas crueles y duras son reales tal cual se presentan a su ánimo al primer impulso y les otorga su aprobación y asentimiento tal como aparecen al principio y como si realmente fueran temibles […]; el sabio, en cambio tras sufrir una breve y rápida alteración de su color y de su rostro, no las aprueba, sino que mantiene la firmeza y vigor de la opinión que siempre tuvo de tales imágenes como mínimamente temibles, pero que asustan por su aspecto falso y su terror inocuo». – Aulo Gelio, Noches Áticas, Libro XIX.1.15-20
Del extracto puede observarse un elemento que ya comente hace tiempo acerca de las Emociones Estoicas: El Propathos, o reacción instintiva. Pero al margen de esto, como hace referencia, quizá lo mas importante del texto es el apartado que dice: sino que mantiene la firmeza y vigor de la opinión que siempre tuvo de tales imágenes
He ahí la constancia clara de la importancia de la epistemología del estoicismo: La opinión de ciertas imágenes, o lo que es lo mismo, el katalepton
El sistema es muy simple, tal y como comentaba anteriormente:
Ahora bien, si aceptamos ese hecho, es decir, asentimos que moriremos ahogados y además ya teníamos el katalepton previo que morir ahogados es algo malo, entonces lo normal sería que esto desemboque en una pasión, en este caso, ya no hablaríamos de propathos, sino del pathos, o pura emoción.
Aquí existen algunos errores cometidos por parte del nuevo practicante estoico que debe corregir:
Es otro de los motivos de entender la Lógica Estoica en su máxima esencia. Esta muy bien que leamos de Marco Aurelio en sus Meditaciones algo así como: «No hay nada bueno ni malo, solo la virtud»; pero, ¿por qué es esto así?
Cuenta únicamente con lo que te representan en su primer momento las ideas. ¿Se te avisa que te calumnian? Esto se te participa; que hayas recibido agravio, no se te anuncia. ¿Veo que enferma mi hijo?. Lo miro; más no veo que peligre su vida. Detente, pues, de esta suerte siempre en las primeras representaciones; no agregues otra cosa en tu interior y no te pasará nada. Antes bien, añade entonces que conoces cada un o de esos naturales acontecimientos que se suceden en el mundo. – Marco Aurelio, Meditaciones, Libro VIII, 49
En gran medida, no es tan directo como simplemente saltarse el paso 2 de adjuntar el juicio, sino de adjuntar el juicio correcto. Que muchas veces suele ser tan simple como siempre agregar el mismo juicio: «La fuerte tormenta y las enormes olas mueven el barco violentamente» y seguimos con…, «y al ser un elemento externo a mi, no hay nada que yo pueda hacer al respecto». En cierto nivel, seguimos adjuntando un juicio, pero es un juicio basado en la práctica del estoicismo, con objeto de recordar con esta «etiqueta» al cerebro, que no podemos asentir ante este hecho o ante la conjunción impresión-juicio. Gracias a la práctica de la consciencia plena, podríamos ser capaces de mandar al cerebro juicios adecuados, para facilitar la tarea del asentimiento en gran medida. Aunque es importante que la disciplina del asentimiento y la capacidad de asentir también se trabaje, porque ante juicios equívocos también tenemos la posibilidad frente al guardian, de desecharlos.
Hasta aquí solo hemos hablado de como «lidiar» con las impresiones. Pero ahora tenemos que entender como se forma el conocimiento realmente en cuanto a las impresiones se refiere.
Finalmente toca entrar en el núcleo de la epistemología del estoicismo, o lo que es lo mismo, el catalogado de impresiones. En principio hay dos tipos de impresiones, las que vienen de fuera, impresiones adecuadas, y las que vienen de dentro, impresiones kataleptike o cognitivas.
El problema de este tema, y quizá el talón de Aquiles de la epistemología del estoicismo, esta en determinar que es una impresión adecuada y que no; o peor aun, si realmente existe la impresión adecuada.
Para un estoico una impresión adecuada es literalmente: «Aquella impresión tan clara, vívida y distintiva que tiene su propia garantía de exactitud». Suena claro. Epicteto dice así:
¿Que prueba hay de esto?. Sientes si puedes que ahora es de noche. «No es posible». Deja de sentir que es de día. «No es posible». Siente o deja de sentir que son pares las estrellas. «No es posible». Cuando entonces asiente uno a lo falso, ten por sabido que no quería a lo falso asentir. – Epicteto, Pláticas con Arriano, Libro I.28.3
En definitiva aquí Epicteto intenta dejar claro dos cosas:
Con estas dos bases lógicas, Epicteto empieza a desglosar todo el sistema de la epistemología del estoicismo. Pero hay algunos temas que para concluir toca tener presente
Un escéptico refutaría la epistemología del estoicismo de la siguiente manera: Si al reconocer una impresión, nos vemos en la necesidad de buscar algo más alla, para reconocer con certeza si dicha impresión es correcta, entonces realmente nunca estamos seguros si cualquier impresión es adecuada.
Esto viene de la paradoja de la Granada (fruta) de Arcilla. Si un magnífico escultor, es capaz de hacer una fruta en imagen y semejanza perfectas a una fruta real y la ponemos en un cuenco junto a otras piezas de la misma fruta y se lo enseñan a un filosofo estoico: ¿podría asegurar que ese cuenco solo contiene granadas?
A priori, su primera impresión es así. Y no debería requerir más información (Tocar, degustar) para saber que esto es así. Porque si lo requiriese, entonces, ¿que nos dice que cualquier otra cosa, no vaya a requerir cada vez más información ad infinitum, como dirían los Escépticos?
La objeción de los estoicos ante este hecho es sencillo: Cuando es posible cometer un error, es posible corregir el error. En definitiva la conclusión final para establecer una teoría completa sería algo así: Si pudiéramos poner varios ejemplos, para estar completamente seguros que tenemos una impresión adecuada, entonces la impresión quedaría refutada.
Si lo pensamos bien, este es el mecanismo por el que se rige el método científico (al cual los escépticos siguen atacando igualmente). Si somos capaces de realizar una observación y reproducirla más veces, podríamos expresar una conclusión (conocimiento). Cualquiera podría coger ese conocimiento y probar a reproducirlo igualmente. Si son capaces de hacerlo, entonces se consideraría teoría o conocimiento colectivo, o puede darse el caso que se convierta el Ley. El hecho que estemos seguros, o no, que pudiera engañar a nuestros sentidos cualquier elemento; no es relevante entonces para los estoicos, y por tanto no afecta ni a la epistemología del estoicismo, ni a la práctica estoica de ningun tipo.
¿Alguna vez has pensado, qué mecanismo funciona para sobreponerse a la adversidad, cuando por razonamiento…
Hay término muy poco popular para aquellos que se vienen iniciando en el Estoicismo, y…
Si tenemos la oportunidad de leer varios de los principios de la Escuela Cínica en…
Gracias a nuestro compañero J.A.L.C. (no hago mención directa dado que no tengo su permiso…
No es la primera vez que saco esta cuestión a la palestra, pero lo cierto…
Repensando las pasiones, las emociones, la perspectiva psicológica y estoica sobre el tratamiento de las…
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