Meditaciones

Epicteto. Disertaciones con Arriano. Libro III. Pasajes X-XI [CITA ESTOICA] [DIA 104]

Epicteto. Disertaciones Con Arriano – Libro III – Pasaje X

Cuando se presenta la necesidad de cada opinión hay que tenerla a mano. En la comida, la de la comida; en el baño, la del baño; en el lecho, la del lecho.
Y no admitir el sueño en los abatidos ojos 
antes de hacer recuento de las tareas diarias una por una:
¿Qué transgredí? ¿Qué llevé a cabo? ¿Qué obligación no he cumplido?
Tras empezar por ahí, prosigue; y, después,
si has llevado a cabo malas acciones, censúrate; pero si buenas, alégrate. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.10.1-3

En este primer pasaje, Epicteto trata otra de estas prácticas tan destacables que comentamos desde el primer día: La Meditación Estoica. La elabora de una manera muy interesante; el planteamiento es el siguiente: Antes de ir dormir, pensar como ha ido el día: Que se hizo bien, cuando se asintió correctamente, cuando incorrectamente, que obligaciones hemos cumplido dentro de nuestros roles y en definitiva ese resumen mental al final del día para analizar si hemos hecho un buen trabajo desde la perspectiva Estoica.

¿Qué debe uno decir en cada dificultad? «En esto me entrenaba, para esto me ejercitaba». La divinidad te dice: «Muéstrame si luchaste según las reglas, si comiste lo que debías, si te entrenaste, si escuchaste al preparador». ¿Y luego en plena acción te vienes abajo? Ahora es el momento de pasar la fiebre: sea con nobleza; de pasar sed: pásala con nobleza; de tener hambre: tenla con nobleza. ¿Que no está en tu mano? ¿Quién te lo impedirá? El médico te impedirá beber, pero que pases sed con nobleza no podrá impedírtelo; y te impedirá comer, pero que pases hambre con nobleza no podrá impedírtelo. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.10.8-9

No lo comentaba antes, pero el pasaje en cuestión habla sobre como soportar la enfermedad, con una linea argumental semejante al que comente unos días atrás, pero quizá con un aspecto más enfocado hacia la práctica estoica. En este caso, volvemos a ver una palabra comentada en pasajes anteriores: kalos (καλῶς), que es relativo a bueno, virtuoso. También podría referirse a noble pero creo que no encaja también en un pasaje de estas características. Aquí la traducción desde una visión estoica podría haber sido algo así: Ahora es el momento de pasar la fiebre: sea virtuosamente; de pasar sed: pásala virtuosamente; de tener hambre: tenla con virtuosamente. ¿Que no está en tu mano? ¿Quién te lo impedirá? El médico te impedirá beber, pero que pases sed virtuosamente no podrá impedírtelo; y te impedirá comer, pero que pases hambre virtuosamente no podrá impedírtelo. Leído así cobra mucho más sentido desde una perspectiva estoica claramente.

¿Verdad que no lees mientras paseas? No. De la misma manera, tampoco cuando tienes fiebre. Sino que si paseas noblemente, consigues lo propio del que pasea; si pasas la fiebre noblemente, consigues lo propio del que pasa la fiebre. ¿En qué consiste pasar la fiebre noblemente? En no hacer reproches a la divinidad, en no hacérselos al hombre, en no atormentarte por lo que sucede, en aceptar la muerte apaciblemente, en llevar a cabo lo ordenado; en no sentir miedo por lo que vaya a decir el médico cuando venga, ni alegrarte en exceso si dice «estás bien», porque ¿qué te ha dicho de bueno? Cuando tenías salud, ¿qué bien suponía para ti? Y tampoco desanimarte si te dice que estás mal. Pues, ¿qué es el estar mal? Acercarse a la separación del alma y el cuerpo. ¿Qué hay de terrible? Si no te acercas ahora , ¿no te has de acercar más adelante? ¿Es que va a volverse el mundo del revés porque tú mueras?. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.10.12-14

Aquí ocurre exactamente lo mismo que en el anterior apartado. Epicteto explica como percibe un estoico la vida, o en este caso como se enfrenta a la enfermedad. Esto en gran medida es lo que define a ese ser estoico tan complejo y tan distante; si uno estando tan enfermo, al recibir la visita del médico le dice que va a morir, no hemos de desanimarnos, ¿que más dará si vas a morir tarde o temprano? Si te da buenas noticias, no te alegres, recuerda la moral vacía: El resultado de tu situación es completamente indiferente

Yo creo que ante este pasaje, si fuera el primero de las Disertaciones, cualquiera ajeno al estoicismo e introduciéndose, cerraría el libro inmediatamente, y lo devolvería o lo donaría a una biblioteca. Puede verse claramente, la acritud que pone Epicteto con su planteamiento como ha de ser concebida la vida, con la realidad cuando el mal acecha detrás de la esquina. En este caso, no es mal, es indiferente, pero tras largas décadas de ejercicio, ¿hasta que nivel estaríamos listos para desechar finalmente ese concepto de «mal» y «bien» de nuestras mentes? Una filosofía compleja, cercana al imposible.

Epicteto. Disertaciones Con Arriano – Libro III – Pasaje XI

Hay, como ordenados por la ley, ciertos castigos para los que desobedecen al gobierno divino: «El que considere que es un bien algo distinto de lo que depende del albedrío que envidie, que ansíe, que adule, que se altere. El que considere que es un mal alguna otra cosa que se entristezca, que sufra, que se lamente, que sea desdichado». Y, sin embargo , aun castigados tan severamente, no somos capaces de apartarnos. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.11.1-3

Esto forma parte de estas «plegarias» estoicas, tan debatidas generalmente. Da un toque distintivo y religioso al estocismo. Pero ¿hasta que punto hay de religión en esta filosofía? Quizá bastante, o quizá es simplemente una forma de dar perspectiva al asunto:

Aquí yo entiendo lo siguiente: Si recordamos existe una estrecha relación entre los conceptos de la física Estoica y de la Ética Estoica. Pero a veces parece que no existe ninguno, que podríamos andar extrayendo la Ética por separado y prosperar en las andanzas estoicas. Pero en este pasaje vuelve a recordar ese enlace subyacente.

Primero, Epicteto habla de los castigos. ¿Cual es el castigo? Si recordamos existe una «ley divina» según el planteamiento estoico, que el alma es «castigada» en el momento en el que nuestras acciones no se dirigen en la dirección que plantea el Universo Consciente del que hablan los estoicos (el Logos Universal y el co-destino).

Un ejemplo: Si nuestra intención supongamos es ser correspondidos verbalmente al regalar algo, y no recibimos esa correspondencia, nuestras expectativas estaban fuera de la verdadera intencionalidad universal (que no íbamos a recibir ninguna muestra de agradecimiento). Es en ese momento cuando somos castigados, no por no recibir lo que deseamos, sino por acceder a la pasión o la emoción al no cumplirse lo esperado. Y ese castigo es como aquí plantea Epicteto: sufrimiento, tristeza, lamento, desdicha.

Pero en cambio, si promulgamos con indiferencia ante el resultado sobre nuestra intención, es decir, siguiendo el ejemplo aquí planteado, al regalar algo, no tenemos expectativas de correspondencia, al no existir correspondencia y aceptar así como lo más adecuado dicha falta, nuestra alma habrá seguido el curso de la acción Universal, y se mantendrá estable y «feliz».

Siguiendo con el ejemplo del pasaje anterior también aplica igual: Estando enfermos si tenemos una expectativa que el médico nos de buenas noticias, y nos da malas, evidentemente vamos a sufrir irremediablemente. Si no tenemos expectativas alguna, no existirá dicho sufrimiento. El entrenamiento radica en desechar esas expectativas, dirigiendo nuestra atención 24 horas al día a anular nuestros juicios ante las representaciones externas (entrenamiento del asentimiento, o disciplina del asentimiento). Pero la lógica estoica plantea, que si emitimos juicios positivos, también emitiremos juicios negativos, porque la naturaleza del juicio es la misma. Por tanto también es importante ser consciencia de los juicios positivos, aunque a priori no nos afecten en el momento, de una manera más integral estarán sembrando el juicio de cara a futuros posibles juicios negativos.

Por lo tanto, si vamos al medico con la expectativa que nos diga buenas noticias, y nos las dice, la reacción, será de placer irracional. Esa reacción proviene del mismo sitio vicioso, que la reacción del sufrimiento. Es por ello que los estoicos insisten en mantener a ralla de manera tan intensa ambos tipos de interpretaciones y juicios ante las presunciones: Tano las positivas como las negativas.

Vitali

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