ESTOI.CO

Estoicismo – Meditaciones Estoicas 20 siglos después.

AforismosMeditacionesSeneca

Seneca. Epistolas Morales a Lucilio. Libro 2. XIII [DIA 143]

Séneca. Epístolas Morales a Lucilio – Libro II – Epístola XIII

El atleta que no ha sido vencido todavía no puede llevar grandes bríos al combate; estos bríos solamente son propios de aquel que ha derramado su sangre y a quien han roto los dientes; que arrojado al suelo, ha sostenido a su enemigo sobre su cuerpo, y que sin desfallecer se levantó más valeroso que antes y volvió a la lucha lleno de esperanza. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.2

Reiniciando las Epístolas Morales, con el segundo libro, tratando sobre la anticipación al futuro y sobre la fortaleza ante la adversidad. Este tema me resulta muy interesante puesto que en gran medida ensalza gran parte de la doctrina estoica desde la perspectiva de la acción, con la que a veces resulta difícil tomar contacto sin tener que tocar por el camino varios palos normativistas del estilo «proponte hacer esto porque es mejor«.

Aquí Séneca claramente deja claro un aspecto: «Una persona no puede avanzar en el Prokopton, sino ha sentido la adversidad en propia carne». Es por eso que sin adversidad no hay Virtud. Y en cierto grado define al estoicismo con la necesidad de atravesar el pasaje del dolor necesariamente. Si es cierto, que el estoicismo no exige penitencia voluntaria de manera estricta al puro estilo del auto-fustigamiento, pero creo que existen diferentes grados de penitencia: No es lo mismo cortarse la piel voluntariamente con objeto de sentir dolor físico o mirar al sol sin protección en los ojos (sungazing), que dormir en el suelo o ducharse con agua fría. Epicteto ya advertía que no veía necesario forzosamente, el hecho de abrazar estatuas heladas al estilo Cínico, pero en cambio, si sugería múltiples veces, la necesidades de reducir nuestras necesidades como parte de esta renuncia voluntaria.

Realmente para mi, lo más difícil en todo esto, es trazar una linea sobre lo que es exceso o adecuado. Pero sinceramente, bajo mi experiencia, aun estando alejado de ni siquiera lo adecuado, creo nunca una renuncia es excesiva, inclusive, las penitencias más desagradables. En este sentido creo que tanto Séneca como Epicteto estaban de acuerdo: La penitencia esta bien, hasta que no comprometa de manera innecesaria nuestra salud física. Pero luego aquí, recordando precisamente una de las últimas conversaciones que tuve a través de uno de los foros digitales, la linea es aun así, difícil de trazar: ¿No podría ser acaso perjudicial para la salud de la espalda dormir sobre suelo duro? ¿O comer menos de lo normal, haciendo excesos en los ayunos, cuando la medicina recomienda ciertas pautas alimenticias?

Por eso insisto tantísimo en la absurdez del normativismo: Las reglas se contrarían continuamente, y nunca existe un término exacto; siempre hay algo que puede ser tachado como perjudicial, malo, contrario al Oikeion, dígase como se quiera. Como diría Aristón como vemos en el futuro lejano (en la Epístola 94): «Dar consejos para cada individuo sería tarea inagotable«. Y también dice: «Si alguien enseñara a un loco como hacer las cosas, más loco sería que aquel a quien enseña«.

Conclusión: ¿Cuánto es lo más apropiado? No hay una respuesta exacta. Bajo mi perspectiva, considerando el aspecto finito del cuerpo (es decir, que no podemos en el fondo, alcanzar resiliencia en los temas del cuerpo, más allá de algunos ejercicios espirituales), solo tenemos influencia sobre lo que esta más allá de nuestro cuerpo. Con lo cual, en las cuestiones del cuerpo, cautela y espiritualidad; poco y espaciado, sin asumir riesgo indebido, reconociendo un pequeño tinte de normativismo. Y en las cuestiones más allá del cuerpo, barra libre: Máxima renuncia posible de manera intermitente. Me gustaría hablar sobre esto en un futuro, porque creo que es uno de los temas más importantes a tratar entorno a esta clase de filosofías

Omitiendo todas esas grandes frases, pero ¡oh dioses! verdaderas, solamente te aconsejo que no padezcas prematuramente, porque lo que temes como muy cercano, tal vez no llegará jamás; y por lo menos es cierto que no ha llegado aún. Existen cosas que nos atormentan más de lo que deben, y otras que nos atormentan sin que deban atormentarnos. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.4-5

Séneca nos repite a lo largo de sus Epístolas, múltiples veces temas relativos a la no anticipación, y en esta que trata específicamente sobre el futuro no podía ser menos. Quizá este fragmento en cuestión sea el que más claramente lo especifica.

Pero luego a continuación dice una frase: «Algunos ríen bajo el látigo y otros lloran con un bofetón«. Realmente en la Epístola no deja muy claro el sentido de esta frase. Para mi no tiene sentido alguno, dado que aparentemente parece una dicotomía viciosa en ambos casos, tanto reir ante el dolor, como llorar, independientemente del grado del mismo. De igual forma dice: «Después veremos si el valor de estas cosas…«. Un después que nunca llegará como podemos obsevar.

Otro tema a tocar aquí, y como ya he venido comentando en comentarios pasados, un tema que no me gusta demasiado de Séneca es que dice trivialidades, que a muchos les inspiran pero a mi personalmente me resultan totalmente arbitrarias y sin fundamento práctico; como suelo decir: «De libreto de auto-ayuda». Lo bueno, en contrapartida, y que si me gusta mucho de Séneca, es que lo combina constantemente con ese aspecto práctico entrelazado pero no necesariamente asociando lo uno con lo otro. Pero las frases más comunes que se publican y se estudian en los círculos estoicos, son las que hablan de estos temas arbitrarios, no de los temas prácticos que tanto interés me suscitan.

Como dato anecdótico, una cosa curiosa que me ha sucedido mientras escribía estas líneas: Generalmente cuando estructuro el comentario, pienso en que frase podría poner en la imagen cabecera y precisamente la que tenía intención de poner por «inspiradora» es esta:

«Te aconsejo que no padezcas prematuramente, porque lo que temes como muy cercano, tal vez no llegará jamás; y por lo menos es cierto que no ha llegado aún«.

Porque después de muchos años viciosos en el ámbito de la psicología, soy consciente que esta clase de frases de auto-ayuda  son precisamente las que más gusta leer al público (y muchos autores lo saben, véase nuestro querido Ryan) . Pero haciendo un esfuerzo para expresar el verdadero espíritu estoico, la cambie por la que hay presente:

«El atleta que no ha sido vencido todavía no puede llevar grandes bríos al combate; estos bríos solamente son propios de aquel que ha derramado su sangre y a quien han roto los dientes.»

Se que no gustará tanto a la mayoria, y que suena hasta un poco excesiva. Pero esto es lo que hay. Me gustaría leer también opiniones al respecto si alguien se tercia a ello, recordando que para mi estos comentarios de textos, son más una meditación que un análisis escolástico sobre la filosofía estoica

Interrógate a ti mismo: ¿Existe algo que sea tan peligroso? ¿No es más grande el ruido que el mal? ¿Acaso no me atormento, no me entristezco sin razón y llamo mal a lo que no lo es?. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.6

Aquí tengo poco que añadir, aunque me llamó la atención por que me recordó la línea a esta cita:

No mires las injurias por el lado que las ve quien te injuria, o por el lado que éste pretende que las veas, sino míralas como son. – Marco Aurelio, Meditaciones, Libro 4.11

En la que ambos instan a dejar a un lado constantemente la opinión de terceros. Epicteto también sigue esta línea. Podemos decir claramente que es una máxima constante durante todo el estoicismo. Me la apunto.

Instantáneamente nos rendimos a la opinión sin examinar siquiera las cosas que nos hacen temer, sino que temblamos y volvemos la espalda como los soldados que abandonan su campamento aterrados por el polvo que levantaron bestias que corrían, o por una noticia falsa que se difunde sin que se sepa su autor. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.8

Este fragmento también es bastante interesante, porque veo estrechas relaciones con otros autores estoicos. En este caso Epicteto insiste múltiples veces en el riesgo de las «presunciones».  Séneca también advierte de tener cautela y asentir ante ello, dado que siempre conduce hacia el mismo sitio: El Vicio ante un incorrecto asentimiento. Y lo explica de la siguiente manera:

De aquí procede que no haya temores más peligrosos que los que se llaman pánicos; porque si los otros no tienen razón de ser, éstos carecen hasta de conocimiento. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.9

Precisamente el vicio del pánico, del miedo, infundido por una presunción, conlleva es «peligro» que Séneca sugiere, porque en gran medida su génesis conlleva doble Vicio: El vicio del mal asentimiento, y el vicio de la aversión (o el contrario al deseo): En definitiva, un mal trabajo tanto en la Disciplina del Asentimiento como en la Disciplina del Deseo.

La fortuna adversa tiene tantas ligerezas como la favorable; quizá se realizará, quizá no se realizará; y mientras no se realiza, espera lo mejor. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.11

Asimismo asentir ante los avatares de la fortuna es vicio. Precisamente porque ya sabemos que es completamente ajena a nuestro control. Pero de este fragmento lo que más me llama la atención es esa pequeña propuesta: «Espera lo mejor«. Creo que un poco fuera de contexto, no sigue la línea a la que estamos acostumbrados:

No sería más correcto esperar lo peor» (praemeditatio malorum, ya en la última epístola hablábamos de ello). ¿Qué diferencia existe entre esperar lo mejor o lo peor? No hay nada que esperar en ninguno de los casos, simplemente aceptar que llegue lo que llegue es indiferente. Por ende acostumbrarse a la posibilidad de lo peor, es aceptar el «mal indiferente» de buen grado; precisamente porque no es un mal. Como siempre digo, esto es más difícil en la práctica que por escrito, pero cabe hacer este inciso, porque soy consciente que Séneca tiene sus deslices.

Como dato adicional, debo decir, que la traducción es muy buena. Al contrario de como vine comentado varias veces en la traducción de las Disertaciones con Epicteto de Arriano que hice con anterioridad, con varios detalles erráticos (y obviamente mucha más dificultad en la traducción, dado que para un español, no es lo mismo traducir del latín, lengua base, que del griego). Por eso, suena más lógico que esta traducción sea mucho más correcta independientemente del conocimiento específico de la filosofía por el autor.

Cedemos a las primeras versiones, nos asustamos de lo dudoso como si fuese verdadero, no tenemos circunspección, y de la sospecha pasamos rápidamente al temor. Me avergüenza hablarte de esta manera y querer curarte con tan débiles remedios. Si alguno dijese: Quizá no se realizará esto; di tú: ¿Y aunque se realizase? Veremos si se realiza, y tal vez sea en beneficio mío; en todo caso mi muerte honrará mi vida. La cicuta hizo grande a Sócrates; si quitas a Catón el puñal que le conservó la libertad, le cercenarás considerable parte de su gloria. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.13.14

Antes de acabar y pasar a la «cita del día» que Séneca incluye en casi todas las Epístolas, aquí se concluye con una serie de cuestiones. Me parece muy correcto la cuestión que trata sobre el «beneficio de la adversidad», tal y como introducía al inicio del pasaje. Pero luego termina sacando a la figura de Catón, el ya conocido modelo estoico de Séneca

Precisamente yo soy de la opinión, que el suicidio de Catón el Joven no fue de los más virtuosos de la historia, ni correcto compararlo con el de Sócrates. Pudo haber participado en la batalla de Útica y haber luchado honorablemente, o haber aceptado la causa, y haber vivido de acorde a las circunstancias. Catón no iba a ser un esclavo a la orden del Cesar, ni se le instó a renunciar a sus propuestas (como la eventualidad de creer en los Dioses del caso de Sócrates). En cambio Sócrates si hubiera desechado sus ideas si no se hubiera ejecutado. Catón estaba en guerra y Sócrates no. Mala comparativa y como digo, nunca observé tanta gloría en el acto de Catón. Pero parece que Séneca si la vio. Quizá hay algo que no veo en ese sacrificio como honorable. Si alguien lo vio que pueda ilustrarme lo agradecería. ¿Debía haberse suicidado toda la población en contra del Cesar? ¿Debían haberse suicidado todos los judíos en los campos de concentración Nazi para contrariar la causa de Hitler? Son cuestiones que nunca me llegaron a cuajar; me parece que Catón se tomo todo de una forma tan moral y personal, que fue precisamente ese estándar «moral» el que le llevo al suicidio. Insisto que bajo mi perspectiva, no es esta clase de juicios los que insta la razón estoica. Dicho de otra manera: Considero que se suicidó por un indiferente.

Represéntate cada hombre en particular: encontrarás ancianos que piensan aún en los honores, los cargos, tráfico y lejanos viajes; ¿y qué cosa existe más vergonzosa que un anciano que comienza a vivir?. – Séneca, Epístolas Morales a Lucilio, Libro II.17

Y aunque para mi, la Epístola inicio muy apropiadamente, parece que no acabará mucho mejor. No entiendo tampoco esta postura en este fragmento. Si es cierto que podría alinearse con la idea de «no aspirar a tener aquello en lo que los demás se han esforzado y uno no» como sugiere Epicteto en las Disertaciones Libro 4.6, pero también es cierto que al contrario que Epicteto, Séneca no propone una alternativa. ¿Considerar vergonzoso el hecho que un anciano comience a vivir? ¿No era Séneca el que decía, apenas una epístola atrás, que cada nuevo día que pasa comenzamos a vivir?. Ya soy consciente, que Séneca se contradice continuamente, y he aquí otro claro ejemplo: «Si Dios da el día siguiente, recibámosle con alegría; aquel es feliz y sabe gozar de la vida, que espera el mañana sin inquietud».

Como se despide Séneca al final de todas las Epístolas, aquí yo igual me despido: VALE

Un comentario en «Seneca. Epistolas Morales a Lucilio. Libro 2. XIII [DIA 143]»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Debe realizar el rompecabezas siguiente. Simplemente coloque las fichas con el raton en su sitio, no hace falta que encaje perfecto y al terminar pulsa en el botón para Confirmar