ESTOI.CO

Estoicismo – Meditaciones Estoicas 20 siglos después.

AforismosMeditacionesVirtudes

Motivación de los Indiferentes y de la Virtud [DIA 139]

Recientemente, nuestro compañero Raul, nos hizo una consulta en el grupo de Facebook, acerca de la motivación de los indiferentes y la Virtud; y en la meditación del día de hoy, he aprovechado para intentar responder de una manera detallada, aportando mi perspectiva según he ido navegando, a lo largo de los últimos meses en esta página.

Cita Estoica del Día

No hagas cosa alguna de mala gana, ni hagas tus cosas sin respecto al bien común; nada harás sin examinarlo de antemano, ni lo harás arrastrado de alguna pasión. No busques un adorno afectado de palabras para explicar tus pensamientos; no seas amigo de hablar demasiado, ni hombre de muchos negocios. Antes bien, procura que ese tu dios o tu espíritu sea el conductor y guía de un varón grave, de un anciano, de un ciudadano amante del pueblo, de un romano, de un príncipe tan resuelto como el que más a partirse de esta vida sobre la marcha al mismo punto que oyere la señal de la retirada. Nunca necesites de juramento ni de testigo alguno para ser creído. A más dé esto mantén un semblante placentero, indicio de un ánimo que no necesita de que otros le procuren su tranquilidad interior; es menester, pues, que te mantengas sobre ti, no necesitando otro apoyo. – Marco Aurelio, Meditaciones, Libro III.5

Este fragmento de las Meditaciones, encaja bastante bien con el tema de la motivación de los indiferentes, y lo relativo a la Virtud. Aquí se pueden leer esas frases que ejemplifican este concepto como: «Nunca hagas nada arrastrado por alguna pasión» o «No busques adorno afectado de palabras», frases que demuestran en esencia, el espíritu alejado de este tipo de motivación de los indiferentes, y dirigido exclusivamente hacia la Recta Razón.

«Tu Dios o tu espíritu», es decir, tu Logos/Razón, sea el que te dirija, el conductor de tu motivación, y que no exista opinión ajena que sea la que motive dicha acción. En resumen este es el clásico formato de las Meditaciones de Marco Aurelio (según presenta Hadot), al estilo de los kephaiala, en el que se enumera, de manera procedimental y que encuadra dentro de un concepto que trata de simplificar en pocas líneas.

Pero esto es precisamente lo que voy a desglosar yo con mucho más detalle en la meditación que viene a continuación

Meditación del Día: La motivación de los indiferentes frente a la motivación de la Virtud

Aquí el planteamiento que se nos presenta, va dividido por diferentes cuestiones entorno a esta motivación de los indiferentes. Voy a ir condensando las cuestiones y dando una respuesta de manera sistematizada:

La virtud no puede existir en el vacío

Efectivamente, el vacío es un incorpóreo según el Estoicismo, al igual que el tiempo, es algo sobre lo cual no puede ser actuado, pero si es capaz de actuar sobre, al igual que ocurre con los decibles. Es por ello que el Vacío, los decibles (lekton), y el tiempo si afecta a la Virtud, pero no viceversa (en este caso, negándola). La Virtud forma parte de la razón, del alma, que si es corpórea (ya que puede ser actuada sobre ella). Los decibles actúan sobre el alma, pero no al la inversa. Por tanto la Razón no puede actuar sobre el Vacío. Pero esto es muy abstracto, forma parte del ámbito de la Lógica Estoica y mejor verlo desde una perspectiva más palpable:

Pero por otro lado, la Virtud, actúa, pero no posee responsabilidad moral sobre lo que actúa, esta es la naturaleza finita de los cuerpos. Porque hay que recordar que la Razón individual, es solo un fragmento de una Razón/Logos Universal de mayor grado. Esto quiere decir, que el resultado de lo que ocurre más allá de la Virtud (de la decisión de ejecutar algo con respecto a un corpóreo), no es resultado de nuestra razón particular, sino de la decisión de la Razón Universal (el conjunto de todas las Razones particulares en el Universo). Por eso, la responsabilidad moral, solo llega hasta el punto, en el que lo que se pretende hacer, se haga de manera Virtuosa, o lo que es lo mismo, Razonable, adecuado a un correcto Asentimiento, no guiado por la Pasión, aquello que se encuentra precisamente dentro de los límites del alma.

Con esto tenemos la base más teórica, en comunión un concepto Lógico y un concepto Físico que lo soporta (la teoría materialista del estoicismo). Pero, ¿como revierte esto desde la perspectiva más Ética?

¿Qué es la motivación según el estoicismo?

¿Cómo decide un estoico en que dirección ejercer su virtud? Por ejemplo, ¿el esclavo debe buscar ser un excelente esclavo o debe buscar su libertad? […] según tengo entendido, los budistas eligen la opción que probablemente mayor felicidad traerá a la mayoría

Muchas veces confundimos el concepto de rol y de motivación. El rol, no forma parte de la motivación per se; de acorde a los Estoicos, el rol es algo impuesto, no es algo decidido. Por eso Epicteto llama al Rol, el «rol divino», en el que todos somos actores dentro de una obra de teatro (prosopon). En cierto grado, desde nuestro parecer (vicio) creemos que el Rol lo hemos elegido nosotros. Pero en el fondo, nosotros llegamos a un rol, dadas las circunstancias (nuestras aptitudes, las oportunidades que se nos ofrezcan, y nuestra experiencia) y nada de estas tres cosas, es realmente decisión nuestra.

Con un ejemplo esto querría decir lo siguiente:

  • Si no tenemos agilidad mental a la hora de ejecutar cuestiones matemáticas
  • No hay Universidades de matemáticas cerca, y no tenemos dinero para desplazarnos a una Universidad lejana, y no nos dan ninguna beca
  • En el pasado, nuestras experiencias con las matemáticas no han sido fructuosas y no nos han demostrado que podamos desempeñar de acorde a lo que el medio nos exige

¿Es posible que aún así, acabemos desempeñando un rol de matemáticos en un centro de investigación?

Modificando favorablemente, solo ciertas premisas, paradójicamente podríamos estar en la misma situación:

  • Se nos dan muy bien las matemáticas
  • No hay Universidades de matemáticas cerca, y no tenemos dinero para desplazarnos a una Universidad lejana, y no nos dan ninguna beca
  • Sabemos que para llegar a introducirnos en la investigación de las matemáticas, han de pasar largos años de estudio, y en nuestra familia hay fuerte escasez de dinero, para poder alimentar a padres y hermanos pequeños, y conocemos nuestro rol, de cuidadores y mantenedores de la familia

En consecuencia, ¿No podría ser nuestro rol divino, servir en un restaurante como camarero?

Por eso pongo en duda continuamente, que sea necesario diferenciar entre preferidos o rechazados indiferentes. Porque como decía Cicerón, esta diferencia condiciona claramente nuestras expectativas, dado que en el fondo, son un bien y un mal encubiertos, en vez de dejar libertad a las circunstancias, y adaptarnos en base a nuestra Virtud al medio sin dar preferencia a ninguna circunstancia en particular, y guiándonos más bien, por lo preconcebido (nuestras aptitudes, nuestras oportunidades, y nuestra experiencia, en un momento dado).

Un rol divino, no es algo perpetuo a desempeñar para toda una vida, es algo circunstancial de acorde a las premisas. Y cuando se habla de desempeñar «excelentemente» no se habla de servir el máximo número de mesas por minuto o publicar el máximo numero de artículos de investigación anuales. Se trata de ejercer la razón durante el proceso de desempeñar nuestro rol. Es tan simple como eso. ¿Que simboliza ejercer la razón entonces?

Supongamos que vamos andando con la bandeja, y sin querer, se nos cae encima de un cliente, el cual, se enfada muy gravemente, y nos increpa, insulta y demás parafernalia. ¿Debemos sentirnos mal por ello? Depende. Si por el camino, con la bandeja, íbamos distraídos, divagando en lo divertida que fue la noche pasada con los amigos y tropezamos por causa de esa falta de atención, entonces si posiblemente el sentimiento de malestar estará ahí presente, porque sabemos que ha sido nuestra culpa, por no haber estado atentos, puro Vicio. Lo mismo ocurre si andásemos erráticos por miedo a tirar la bandeja y que nos despidan.

Pero si estamos completamente atentos y focalizando en un estado que deberíamos estar durante todo el día y el futuro de nuestro trabajo no es indiferente, dado que es ajeno a nuestro control, y de pronto el cliente de la mesa de al lado, mueve saca un pie por debajo de la mesa sin mala intención y nos tropezamos con él, entonces, no debemos sentirnos mal, pese a las consecuencias (incluso si sin querer, un cuchillo sale despedido de la bandeja, y hiere al cliente de al lado!! ).

Esto es la clave: Ser conscientes de hasta donde llega nuestra responsabilidad moral: Solo llega hasta donde tenemos el control: Ejercer la Virtud, el correcto asentimiento y la atención (prosochí). Esto precisamente es un tema que Epicteto trataba en uno de los últimos pasajes de las Disertaciones

Volviendo a los ejemplos sobre la motivación de los indiferentes y sus diferencias

Lo primero que hemos de tener, es que el budismo y el estoicismo no son tan parecidos como suele comentarse en general. Si es cierto que comparten una serie de cuestiones, pero como todo en esta vida, que siempre algo se comparte (al igual que los Epicúreos y los Estoicos, que tan enfrentados estaban, y luego tanto compartían), la Virtud es algo que hace apropiado al rol, pero no viceversa.

Esto quiere decir que independientemente del rol que uno desempeñe dadas las circunstancias, siempre es posible hacerlo de manera Virtuosa como comentaba anteriormente. Y si no es posible, entonces no es un rol, sino una actividad forzada por el vicio. Es por ello que no hay que engañarse y saber identificar nuestro carácter dentro de cada rol, para entender la diferencia entre rol virtuoso y actividad viciosa. Y precisamente la motivación de los indiferentes influye en toda esta ecuación.

Es necesario entender también que se considera Vicio (como medida claramente contrapuesta a la Virtud). El vicio nace de la necesidad, el miedo, el deseo o el dolor pasional con respecto a un indiferente:

  • Si trabajas duro por miedo a que te echen, entonces estas desarrollando una actividad viciosa.
  • Si trabajas duro con objeto exclusivo a que te aumenten el sueldo a final de mes igual.
  • Si permaneces en el trabajo, demasiadas horas con objeto de evitar un conflicto en casa, lo mismo ocurre.
  • Si trabajas duro por mantener un status-quo y/o un reconocimiento que te otorga placer, más de lo mismo.

Pero si trabajas por ti, por tu excelencia personal, por saber que cada día se te dará mejor, eres más hábil, más atento, disfrutas y además, y lo más importante, te permite y te da tiempo para ejercitar tu razón frecuentemente a través de un correcto asentimiento sin penalizarte ni obstaculizarte, entonces desempeñas tu rol virtuosamente, a lo que se suele llamar, katorthoma o acción adecuada estoica.

Sin duda alguna, soy consciente, que con esto, también identificaras un montón de puestos de trabajo que son necesariamente viciosos. Y otros trabajos que no tienen porque ser viciosos, pero nosotros los hacemos así.

Hace tiempo puse un ejemplo de un campo de concentración. Lo mismo ocurre en el ejemplo del esclavo: Aquí lo importante es el motivo conforme a tu conocimiento (epistḗmē), por el cual desempeñas el rol de esclavo. Si tu objeto es construir armas para matar a tus compañeros, como esclavo, debes replantearte si verdaderamente eres libre de espíritu, o actúas condicionado por el miedo (a que te maten o te apaleen). Por tanto al ejercitar «excelentemente» tu labor de esclavo, realmente lo que estas haciendo es una actividad movido por el miedo, ergo, Viciosa y no excelente en tu carácter. En este caso, hasta la pasividad, se consideraría una acción adecuada estoica: El rol de la inconformista, del Cínico, que no estaría dispuesto a sacrificar su voluntad por causa de un Vicio. De hecho, este ejemplo que puse del campo de concentración me vino a la mente en su día, por esa anécdota de Diógenes de Sinope, en la cual, fue capturado por unos piratas y vendido como esclavo. Uno de los compradores le pregunto: «¿Y tú que sabes hacer?» y el respondió: «Mandar. Comprueba si alguien quiere comprar un amo” (Diógenes Laercio, Vida de los filósofos más ilustres, VI, 29).

Por otro lado, si eres un campesino esclavo cualquiera, la libertad no esta más allá de las fronteras del campo o de la ausencia del control del dueño, sino en ti mismo. Puedes ser esclavo y más libre que el rey, el cual puede estar supeditado y con miedo, a los mandamientos de un comité sanguinario, los cuales le matarán si no ejecuta de acorde le sugieren, a pesar de no estar de acuerdo eventualmente.

La compatibilidad de la motivación de los indiferentes

Primero hay que tener claro, el concepto de indiferente. El indiferente recibe su nombre precisamente, porque no es ni bueno ni malo moralmente hablando. O dicho de otra manera, puede ser malo y bueno al mismo tiempo, de acorde a las circunstancias. Por tanto es un inconveniente perseguir un indiferente. Porque podrías estar persiguiendo algo que originalmente percibías como moralmente bueno, y acaba siendo moralmente malo, dada su naturaleza intrínseca

Por ello, una de las condiciones que proponían los estoicos, era la de no perseguir los indiferentes en si. Y más considerando, que el hecho de perseguir, simboliza deseo o expectativas, en alguna de sus formas. Lo que no quita, que dado el conocimiento de uno, se pueda ejecutar de cierta manera una acción determinada, sabiendo que los resultados son optimizados. Pero también sabiendo que los resultados son ajenos a uno en todo momento. Por eso al desechar la motivación de los indiferentes se abre paso a la Virtud, ya que los indiferentes no deben formar parte de la motivación en si.

Por ponerte un ejemplo: Si estas en un grupo de investigación para la cura de una enfermedad, tu objetivo en si, es usar todos tus conocimientos y habilidades para profundizar y alcanzar el objetivo común del grupo. Pero que el resultado llegue o no llegue es ajeno a la voluntad de uno. Es más, si por casualidad, tu grupo llega a dar con una solución que precisamente uno mismo propuso, a raíz de larga experimentación; y paradójicamente, esa solución, al comercializarse, resulta que no solo, no cura la enfermedad, sino que a medio plazo provoca un efecto secundario irreversible que mata a la mitad de los consumidores, ¿es responsabilidad moral de uno haber provocado eso? ¿O es fruto del Determinismo?

No es suficiente desde una perspectiva cognitiva con decirse: «Es fruto del determinismo», porque nuestro alma no se lo cree (dado que hemos crecido bajo el yugo de la motivación de los indiferentes). Pero cuando a través del duro trabajo, hemos conseguido cambiar esta perspectiva, si es más fácil ser capaz de aceptar y comprender este concepto. Es por ello que si existe una diferencia (Akrasia) entre lo que creemos y lo que nos decimos (que puede provocar una incongruencia); y también, quiero decirlo de paso, el motivo por el cual, yo personalmente no creo en los libros de Autoayuda: Frases bonitas inspiradoras, pero que nunca calan, porque rara vez, uno lleva a cabo lo que lee en un libro de auto-ayuda, principalmente por la ausencia o ineficiencia de se componente práctico que generalmente proponen. Esto es el principal motivo, por el cual, el Estoicismo nunca debe ser tratado como un «life-hack» (un atajo para la mejor vida).

Aquí se presenta esa cuestión que se plantean los estoicos: El objetivo es separar la parte del alma racional, la facultad rectora, el Hegemonikon, del resto de los indiferentes. Saber que está bajo tu control de lo que no está. Un alma fusionada al resultado, sufrirá o sentirá placer o disfrute, irremediablemente de manera pasional, siempre condicionado al resultado de sus indiferentes: Goce y placer al ganar el partido, malestar, dolor, al perderlo. Si se quema el laboratorio, a pocos días de terminar el experimento, y se pierde todo el proceso, ¿es un drama?. Si se consigue dar con la cura, ¿es motivo de excitación y celebración desmedida?. ¿Representa entonces que todo el proceso anterior, hecho de manera 100% virtuosa, no era también motivo de celebración?.

Por eso según plantea el estoicismo, no se debe perseguir esa motivación de los indiferentes, como tales, sino que se debe ejecutar la acción que estas destinado a hacer, de manera virtuosa, al margen de lo que pueda o no salir de dichas acciones. También reconozco que especialmente esto último (el hecho de que el estoico, no debe celebrar los éxitos con indiferentes), es lo que con diferencia, hace que la gente más atraída al estoicismo, acabé abandonándolo, o creando una especie de «sub-rama» de autoayuda/life-hack del estoicismo, como comentaba antes, en el que esto de celebrar, si que estaría permitido.

Pero en el error de admitir esta celebración del éxito ante los indiferentes, nos lleva al último punto:

Sobre la pasión generada por la motivación de los indiferentes

La paz interior es muy agradable, pero el ímpetu pasional que mencionas también tiene su encanto ¿el estoico renuncia a él o lo vive pero solo enfocado en la búsqueda de la virtud?

Es importante tener claro, que para los estoicos, el ímpetu pasional, solo lleva al vicio. Precisamente Séneca, habla sobre esto, en «De la Ira», que es la mejor exposición del estoicismo, tratando acerca del «por qué» los estoicos, al contrario de los peripatéticos, reniegan del ímpetu pasional. En resumen: El ímpetu perturba el alma y esta crea derivaciones de manera recurrente, creando una dinámica muy difícil de recuperar y creando engramas cognitivos al puro estilo del condicionamiento operante.

¿Que significa esto?

Aquí observamos un efecto que parece que los estoicos ya se dieron cuenta de esto hace miles de años, de algo que hoy en día ya se conoce con cierta precisión, gracias principalmente, a psicólogos conductuales como Skinner y Pavlov entre los más conocidos.

Ocurre lo siguiente: Si creamos la dinámica, en la que dar un premio al alma, provoca una variación «positiva» como el deleite (pongo positiva entre paréntesis, porque no es positiva desde la perspectiva del estoico) y al dar un castigo, genera una variación negativa como el miedo, entonces la dinámica gracias a otro fenómeno bien conocido (condicionamiento diferencial), hace que el ser humano, al contrario del resto de los animales, lo generalice de manera extendida. Esto quiere decir, que si por hacer una cosa trivial e indiferente, de la manera que la sociedad lo considera adecuado (por ejemplo, tirar la basura a una papelera), nos diesen un premio, automáticamente asociamos, que si actuamos conforme a lo que la sociedad considera adecuado (completar un proyecto en el trabajo, correctamente), deberíamos recibir un premio en consecuencia. El premio nos deleitaría, y la ausencia del mismo, nos irritaría o desmotivaría.

Lo mismo ocurriría al tirar la basura al suelo y recibir un castigo, el mismo principio se establece al hacer el proyecto en el trabajo erráticamente: El castigo nos dolería, y la ausencia nos aliviaría. Ese estado de motivación de los indiferentes, claramente tejido por una relación causa efecto, en la que la Razón no juega un papel alguno: Los indiferentes ejercen absoluto control sobre nuestros instintos animales y por ende, no estaríamos viviendo de acorde a nuestra naturaleza humana. Esta es precisamente la esencia de la motivación de los indiferentes: Premios y Castigos ajenos a nuestro control que encima actúan sobre el alma, inducen perturbaciones en nuestro espíritu de manera irremediable, y precisamente, por haber concedido que esto fuera así en primera instancia (por ejemplo alegrándonos y deleitándonos con el primer premio recibido)

Cada premio o castigo, condiciona nuestra alma, que es precisamente, lo único en lo que en teoría reside el esfuerzo de dominar desde la perspectiva estoica.

El problema es que el cambio desde la motivación de los indiferentes, hasta la motivación de la Virtud, es extremadamente duro. No es un cambio que se ejecute de la noche a la mañana. Y cada vez que «sucumbimos» a esa eventual motivación de los indiferentes, es dar un paso atrás en nuestro progreso hacia la motivación de la Virtud, el Prokopton que tantas veces hemos comentado. Este cambio se produce con el correcto asentimiento constante.

Por eso, aunque resulte pequeño, o trivial, el celebrar uno de nuestros éxitos indiferentes, debemos recordar que estamos asintiendo mal. Pasar de un mal asentimiento como: «Estoy eufórico y contento porque mi equipo de fútbol ha ganado la liga» y reformular lo más inmediatamente posible: «No tiene sentido que este contento porque mi equipo de fútbol haya ganado la liga, dado que es algo completamente ajeno a mi control».

Supuestamente la emoción de «estar contento» (charis) virtuosa, llega cuando el asentimiento fuera algo así: «Estoy contento porque hoy llevo todo el día desempeñando el asentimiento muy adecuadamente». Si este es nuestro esfuerzo por reconvertir la motivación de los indiferentes, a una nueva motivación basada en la Virtud, nos llenará de orgullo y alegría saber que vamos por el buen camino del Prokopton

Para terminar, quiero aprovechar para recordar esa frase de Yoda tan mítica:

«El miedo es el camino hacia el lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento». – Star Wars: Episodio I – La amenaza fantasma

Algo que igualmente ocurre con las pasiones «»positivas»». Llevan al lado oscuro igualmente: «La euforia lleva al deseo («ojalá nuestro equipo siga ganando«), el deseo lleva al miedo («¿y si no soy capaz de conseguirlo?«), el miedo lleva a la ira, etc.»

Conclusiones: La motivación estoica no implica pasividad

Como puede observarse, los estoicos no son pasivos por su propia naturaleza, al revés, buscan constantemente comprometerse con una acción, dado que solo a través de la acción, alcanzas situaciones que te perturban, que suponen una adversidad, y con ello, una oportunidad para trabajar desde la Razón, para entrenar la Razón. Por eso a diferencia de los cínicos (y los budistas), los estoicos propusieron una alternativa: no eran ascetas necesariamente. Porque el ascetismo en cierto grado, también es una forma de evitación.

Personalmente como un experimento, yo me pasé un fin de semana sin salir de casa, y sin hacer nada en particular, en prácticamente la más absoluta pasividad. Dentro de mi práctica diaria, llevo una especie de diario de buenos y malos asentimientos para recordar constantemente, que tengo que esforzarme en ello. Curiosamente durante estos dos días, no tuve la capacidad de escribir una sola linea: No era capaz de asentir ni mal ni bien. Por tanto fui capaz de seguir trabajando esto y mejorando en ello (con la práctica se mejora). Es por ello, que aunque si es cierto que en la pasividad se puede encontrar esa «paz mental», por la naturaleza del Universo, la pasividad perpetua no es posible, y existirán acontecimientos que acaben rompiéndola. Por ello el estoicismo, aboga por una postura mucho más activa: Exponerse abiertamente a encontrar esa adversidad para poder trabajarla constantemente.

Por otro lado, hemos visto, desde la perspectiva de la motivación de los indiferentes, como el mismo indiferente (de ahí la palabra «indiferente»), tiene propiedades buenas y malas al mismo tiempo en función de las circunstancias como comentaba al principio. Y podría ser rechazado o preferido también en función de las circunstancias. Por eso en el fondo, el estoico debe ser asceta y adinerado en diferentes momentos de la vida si las circunstancias lo permiten. Debe saber lidiar, con el hecho de no tener dinero, y aprender a no sufrir por esta causa por un juicio erroneo; y en otro momento de la vida, tener dinero sobrante, y no permitirse, ser guiado por él. De hecho lo segundo suele ser más difícil de gestionar desde una perspectiva de la habituación del alma (aunque menos doloroso desde el displacer). El ser humano puede adaptarse a vivir empobrecido (algunos más rápidos que otros). Pero al ser humano, le cuesta, tener mucho dinero, y no derrocharlo innecesariamente (siempre parece que nos sale esa vena del «Carpe Diem» del romanticismo; no la de Horacio, ojo).

La diferencia entre el budismo y el estoicismo (o el cinismo/epicureanismo y el estoicismo), es que el budista se vuelve resiliente con el tiempo dado que aprende que se puede vivir sin indiferentes, y que los indiferentes no condicionan el alma. y por ello, la adversidad no le afecta negativamente, la adversidad no le rompe espiritualmente, como una roca de espíritu.

Pero en cambio, el estoico se vuelve antifrágil: Se beneficia de lo que a los demás les perjudica, como una bola de goma. Por eso la naturaleza del estoico debe ser ir buscando constantemente la adversidad. El entrenamiento de beneficiarse de lo que al resto le perjudica, gracias a que precisamente cada adversidad, otorga una oportunidad para ejercitar el «poder Divino» que nos fue otorgado a los seres humanos: La capacidad de asentir correctamente.

Un comentario en «Motivación de los Indiferentes y de la Virtud [DIA 139]»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Debe realizar el rompecabezas siguiente. Simplemente coloque las fichas con el raton en su sitio, no hace falta que encaje perfecto y al terminar pulsa en el botón para Confirmar