Epicteto. Disertaciones con Arriano. Libro III. Pasajes XII-XIII [CITA ESTOICA] [DIA 105]
No es conveniente para el ejercicio todo lo difícil y peligroso, sino esforzarse por todo lo que hace avanzar hacia el fin propuesto. ¿Y en qué consiste esforzarse por el fin propuesto? En movernos sin trabas en el deseo y en el rechazo. Y eso, ¿en qué consiste? En no frustrarnos en el deseo ni ir a caer en el objeto de rechazo. A esto ha de tender el ejercicio. Ya que tener un deseo infalible y un rechazo libre de eventualidades no es posible sin un ejercicio abundante y continuo, sabe que si les permites desviarse por fuera hacia lo que no depende del albedrío no tendrás ni un deseo que logre su fin ni un rechazo libre de eventualidades. Y puesto que la costumbre nos precede con firmeza, acostumbrados a usar del deseo y del rechazo sólo en ello, es preciso oponer a esta costumbre la costumbre contraria, y en donde haya grandes deslices de las representaciones, allí oponer el ejercicio.
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