Epicteto. Disertaciones con Arriano. Libro III. Pasajes VII [CITA ESTOICA] [DIA 102]
Epicteto. Disertaciones Con Arriano – Libro III – Pasaje VII
¿Son superiores los bienes de lo mejor o los de lo peor? —Los de lo mejor. —Los bienes del alma, ¿cómo son? ¿Dependientes o independientes del albedrío? —Dependientes del albedrío. —Entonces, ¿depende del albedrío el placer del alma? Respondió que sí. —Y éste , ¿para qué nace? ¿Quizá para sí mismo? ¡Pero eso es impensable! Pues ha de suponerse cierta esencia principal del bien con la cual, al alcanzarla, nos deleitaremos el alma. También en esto estuvo de acuerdo. —¿ En qué, pues, nos deleitaremos respecto a este placer del alma? Pues si es en los bienes, hallada está la esencia del bien; pues no es posible que una cosa sea el bien y otra aquello con lo que nos gozamos razonablemente ni que no siendo bueno lo primordial sea buena la consecuencia. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.7.5-7
Otro de esos razonamientos lógicos de Epicteto dejando claro que el albedrío está por encima de todo. Y que por ende depende del Albedrío tanto la Virtud como el Vicio. Todo esto en otro de esos pasajes que de nuevo se dirigirá contra los Epicúreos, con objeto de dejar clara la diferencia entre que es lo que beneficia al «Alma»: Si realmente la propuesta Epicúrea o más bien Hedonista, de hallar un placer terrenal, o de hallar «el placer» en aquello en lo que se deposita el verdadero bien; lo propio de la Razón.
Porque ni el propio Epicuro declara que robar sea un mal, sino el ser atrapado. Y porque es imposible tener seguridad de no ser descubierto, por eso dice «No robéis». Pero yo te digo: «Si la cosa se lleva a cabo con finura y en secreto, no nos descubrirán» y luego lo de «Tenemos amigos poderosos en Roma, y hermandades» y «Los griegos son pusilánimes, ninguno se atreverá a ir allá por esto». ¿Por qué renuncias a tu propio bien? Eso es una insensatez , una imbecilidad. Pero ni aunque me digas que renuncias te creeré. Porque igual que es imposible asentir a lo que parece falso y rehusar lo verdadero, así también es imposible mantenerse apartado de lo que parece bueno. La riqueza es un bien y, como si dijéramos, la mayor hacedora de placeres. ¿Por qué no ibas a procurártela? ¿Por qué no podemos corromper a la mujer del vecino, si podemos no ser descubiertos, y al marido, si dice tonterías, le cortamos el cuello?. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.7.13-16
Una Ética utilitarista (teleológica), o deontológica, establecida entre sentidos y leyes de la vida, da manga ancha a muchas actividades que en definitiva suelen afectar al Alma de manera evidente. «Quien hizo la ley hizo la trampa». Pero no hay que engañarse con esto. En la Razón no existe trampa. Esto quizá sea el rasgo más distintivo de las Éticas de la Virtud, sea cual sea la Virtud. Pero en el Estoicismo esto va mucho más allá: La razón o el asentimiento es realmente la única Virtud que nunca nos engañará. ¿Como es posible asentir ante lo falso sin caer en la insensatez? Si en la riqueza se hallara el placer, o en la actividad sexual, ¿por qué uno no debe usar artimañas para procurárselo? ¿Y por que al usar estas artimañas uno no encuentra esa felicidad tan ansiada? ¿Es un problema de la falta de medida? ¿De la insensatez? ¿O de salir a buscar donde no se encuentra?
¡Dios te valga! ¿Te imaginas una ciudad de epicúreos? «Yo no me caso». «Ni yo; no hay que casarse ». Pero tampoco hay que tener hijos, ni participar en política. ¿Qué pasará? ¿De dónde saldrán los ciudadanos? ¿Quién los educará? ¿Quién será el prefecto de efebos? ¿Quién maestro de gimnasia? ¿Y en qué los instruirán? ¿En lo que eran educados los lacedemonios o en lo de los atenienses?. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.7.19
Para criticar la despreocupación ante el deber de los Epicúreos (que evidentemente se da en otras filosofías, como como en la de los cínicos), Epicteto argumenta esa falta de interés por suplir el rol social, como causa de una acción inadecuada. Este pasaje tiene cierto parecido a aquél pasaje que comente unos días atrás y también ponia en interés, la necesidad de ejercitar la disciplina de la acción como una de las tres disciplinas básicas que propone para el Estoicismo; la necesidad de ejercer un rol civil en esta vida y suplir esa parte Virtuosa que nos ha sido concedido a nuestro ser.
¿Qué es lo mejor en un vaso con relieves? ¿La plata o el arte? La carne es la esencia de la mano, pero lo principal son las obras de la mano. (Luego también los deberes son triples: unos, referentes al ser; otros, los referentes al modo de ser; otros, los propiamente primordiales). Del mismo modo no hay que estimar la materia del hombre, las carnecitas, sino lo primordial. ¿Qué es ello? La participación en la política, casarse, tener hijos, el culto a la divinidad, ocuparse de los padres; en suma: deseo, rechazo, impulso, repulsión, cada uno de ellos como deba ser, conforme a naturaleza. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.7.24-26
En este parte, la traducción me hizo dudar porque me resultó bastante confusa. Además este pasaje ya lo había leído varias veces en el pasado en ingles, y ya sabía previamente que trataba un tema muy interesante en detalle. En el texto de esta traducción de no muy excelsa calidad, hace referencia a los «deberes»; pero en realidad se esta refiriendo al concepto de la acción apropiada (καθήκοντα, kathēkonta) o acción apropiada como ya vimos tiempo atrás. Pero ojo, no hablamos de acción apropiada estoica completa. Solo la acción apropiada, que encuadra exclusivamente en el apartado de la Disciplina de la acción como ya venía comentando.
Según Epicteto existen tres tipos:
- Las acciones referentes al ser o la mera existencia (Oikeion), según la traducción de Robin Hard
- Las acciones referentes al modo de ser, o su existencia en base a un hecho en particular, que también se encuentran dentro de ese Oikeion
- Las primordiales o las relativas a los deberes principales, meson kathekon
¿Cuales son las primordiales? Participación en política, la familia, el respeto a la divinidad (no el culto, otra mala traducción), etc… y luego saber gestionar el deseo, lo indiferente, lo rechazado conforme a nuestra propia naturaleza, son las acciones relevantes que nos elevan hasta el katorthoma: El uso de la Razón en las actividades propias del kathekon
Como podemos ver, esta parte de la traducción es bastante nefasta y no se que tenía en mente el traductor cuando trataba de llegar a una conclusión. Pero si es cierto, que en gran medida Epicteto ha estado de acuerdo con ver este tipo de clasificación que ya comentaba en los artículos anteriores.
¿Y de qué te sirve? Pero, de todas maneras, ¿cómo llegaste a ser juez? ¿Qué mano besaste? ¿La de Sínforo o la de Numenio? ¿Ante la cámara de quién dormiste? ¿A quién enviaste regalos? ¿Aún no te das cuenta de que ser juez vale tanto como valga Numenio? —Pero puedo mandar a la cárcel a quien quiera. —Como podrías hacérselo a una piedra. —Pero puedo moler a palos a quien quiera. —Como podrías hacérselo al asno. Esto no es un gobierno de hombres. Gobiérnanos como a seres racionales, mostrándonos lo conveniente, y lo seguiremos. Muéstranos lo perjudicial y nos apartaremos de ello. Haznos imitadores tuyos como Sócrates los hacía suyos. Él era el que gobernaba como se gobierna a hombres, el que hacía que le estuvieran sometidos el deseo, el rechazo, el impulso, la repulsión. – Epicteto, Disertaciones con Arriano, Libro III.7.31-34
De todas formas, hay que tener presente que la acción apropiada no es suficiente. Esta bien, pero no deja de ser un indiferente moral. Por eso, lo importante ante todo no es lo que uno piensa que es correcto, el conocimiento ante la verdad. Lo importante es la sabiduría ante la Razón. Como plantea Epicteto: Gobierna como a seres racionales mostrando la Razón. Apartándose de los deseos irracionales. Dando ejemplo. Gobernando o realizando la acción apropiada en base a esa razón, o lo que es lo mismo, sometiendo el deseo, el impulso; es como definitivamente se llega a alcanzar el katorthoma